
Estudios han señalado que los frutos secos reducen el colesterol
Numerosos estudios han señalado que la ingesta de dietas enriquecidas con frutos secos reduce el colesterol total y el colesterol-LDL (colesterol malo).
Este efecto se consigue con la ingesta de dos o tres raciones de frutos secos al día. Una ración de frutos secos correspone a un puñado, unos 20-30g. Son ingredientes comunes de la dieta mediterránea tradicional. Son ricos en ácidos grasos insaturados y fuentes importantes de fibra, arginina, potasio, vitamina E y otros compuestos bioactivos.
Los investigadores no solo confirman el papel beneficioso de su consumo, sino que indican también cómo el consumo de estos frutos secos no afecta negativamente ni al peso corporal ni a la presión arterial. Hay que prestar atención a un detalle: la composición nutricional de los frutos secos difiere mucho de un tipo a otro. Las nueces son especialmente ricas en ácido grasos α-linolénico y linoleico. Esta composición nutricional única podría ser la responsable de la disminución en las concentraciones de colesterol total y triglicéridos observada en distintos estudios nutricionales.
Además, el consumo de nueces no parece tener efectos sobre el peso corporal o la presión arterial en comparación con las dietas control. Según los investigadores, a pesar de ser un alimento con una alta densidad energética, el consumo de nueces no promueve la ganancia de peso y, por lo tanto, puede ser incorporado en el contexto de una dieta saludable para la prevención cardiovascular.
Aunque no se conoce de forma exacta el mecanismo de acción por el cual las nueces pueden mejorar el perfil lipídico, parece ser que su alto contenido “en esteroles vegetales, ácidos grasos α-linolenico y linoleico y polifenoles pueden ser los responsables”. Estos nutrientes tienen altas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y además pueden interferir en la absorción de colesterol.