☑️No quitarles la piel, le da mucho sabor, además que se va a tostar y esa textura crujiente es posiblemente es una de las cosas mas placenteras en la vida.
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☑️Hacer cortes transversales de 1 cm de profundidad para facilitar la cocción. Además, si se va a marinar, por ahí penetran los sabores.
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☑️Agregarles hierbas, especias, salsas, mantequilla entre la piel y la carne, como si fuera un relleno. El sabor que toma es sensacional.
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☑️Elaborar una mantequilla aromatizada y añadirla entre la piel y la carne de las pechugas para que al derretirse con el calor del horno éstas queden jugosas y no secas como la rodilla de una cabra.
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☑️No salar el pollo por fuera (sí por dentro) hasta que hemos conseguido que esté crujiente, porque la sal atrae la humedad y hará que la piel se cueza, no se ase.
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☑️Un error habitual es llenar la bandeja donde se asará el pollo de agua, vino u otro líquido. Es un error porque, de esa forma, se cocerá más que asarse. Sí conviene depositar algo de líquido, pero en pequeña cantidad.
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☑️Precalentar el horno a 180-200° y mantener esa temperatura durante el tiempo adecuado al tamaño. Puede ser una hora o quizá hasta dos horas, si tiene buen peso. Utiliza los sobrantes de este pollo para hacer sándwiches de ensalada de pollo.